lunes, 13 de abril de 2009

De dolores y caminos.

Desconcierto, decepción, o el simple sinsabor de no saber que decir.

La sospecha, o más bien la frágil certeza que te hace incomodarte, pero no sorprenderte, aunque reconozcas, que no lo esperaste de esta manera.

El trabajo que me cuesta encontrar un por qué, que satisfaga mi búsqueda patológica de razones y respuestas, y lo difícil que me resulta darme cuenta que no soy tan tolerante para algunas cosas, más si estas cosas tienen que ver con los que quiero.

La ilusión que no era suya, sino mía, y este absurdo sentimentalismo trasnochado, que me hace ser menos práctica que de costumbre.

El dolor, no del hecho, sino de no saberme tan confiable, como para sentirme parte, aunque obviamente no lo sea….bueno si, el detalle es que me duele, y mucho.