martes, 24 de junio de 2008

Perfecto!

Temprano o tarde. Con regalos, muchos o pocos.
Aretes o anillos.
por dentro, por fuera.
Con o sin ranking.
Con torta o pastel.
Con chocolate o vainilla.
Con crema y con crema.
Con velas, sin luz. Con bebidas, con cena, con comida, con nada.
En cubos o picado, caliente.
Con amigos, con compañeros, con canciones, en silencio.
Con manos, con besos, con gestos, en silencio, con escándalo.
En la casa, en la calle, con sexo o sin eso, con espera o desdespero.
Sin dudas, con ellas. Sin Santo, con tambores.
Sin playa, sin hoguera con frio, Con dulces y salados.
Con todos ayer, con algunos hoy, con otros mañana.
Para hacer el día perfecto, tengo hoy...y toda la semana.

domingo, 15 de junio de 2008

Amores...y pasiones

Hoy hablé de besos, describí abrazos, amores pasiones, pero no mencioné lo feliz que me hace que esté, y el pánico que me causa pensar que no sea así; no porque no quiera o porque no pueda, es que no puedo decirlo y que ese miedo no se apodere inmediatamente de de mi cara.

Hoy preferí discutir con él, como siempre, intentar no entablar la partida, o excusar mi terquedad, y ese “ a todo le buscas un pero”, en mi ADN, que para eso está.

Hoy me gustó que se quejase, que no se detuviese a pensar cuanto tiempo invertí eligiendo todo, que soltase un simple “¿no había en otro color?” …¿y esto lo escogiste pensando en mí? …Eso me causó mucha risa, porque sé que lo hace en parte para hacerme enfadar, pero hoy me encantó saber que sigue siendo el mismo, saber que lo tengo, y darme cuenta que espero que las cosas nunca cambien, al menos no en mucho tiempo.

miércoles, 11 de junio de 2008

Dudas

Y aún no sé si fue la luz la que se apagó, o sólo fueron mis ganas las que se escaparon entre los gemidos incontrolables y vacíos. Vacíos de mi, llenos de dudas.

Me deleita no saber si la oportunidad es tuya o mía, aún estando segura que sólo es un juego de seducción donde reto a mi lógica y tu cordura.

No se si el jadeo es un paréntesis, o el breve descanso a la tortura intermitente de no creerme.



No sé si esta saciedad, no es más que el alivio a la fastidiosa sensación de saber que no quiero que te vayas, porque estás… pero que no quiero que te quedes, o regreses.