Si, desde siempre ha sido así. Yo soy la que se queja, siempre y por todo, la que no le basta una respuesta, sino un buen argumento.
La que no espera que Otro (un nombre muy común) proteste, porque tengo asumido que nadie (otro nombre muy común en estos casos) lo hará.
Yo, soy la que se queja con la “propuesta” en la mano, y muchas veces (lo acepto, si) quiero tener la última palabra…no siempre lo consigo.
Yo soy, sin embargo, la que no le sale (de ninguna parte) quejarse por la cantidad de tareas aburridas(en el trabajo) e INDISPENSABLES(busco razones que así lo demuestren). Soy la que en ese mismo tiempo, le ha cogido “pseudofobia” a todas las PC y todos los juguetes de la misma familia, al punto de no querer desempacar mis últimas adquisiciones, a pesar de lo que me emociona un paquete.
Yo soy la que no entiende, por que mi jefe me presta atención cuando le digo que necesito un curso de P.N.L. o cualquier invento antiestrés de manera Urgente –Urgentísima; y tampoco entiendo porque luego no me toma en serio cuando me pregunta el destino, y le digo que lo quiero en Beijín con boletos para los juegos olímpicos.
No entiendo por qué tengo la necesidad de escribir tantas cosas sin sentido, y tampoco entiendo por que me quejo, a la de decidir si dejo que otro lo lea.
No entiendo por que en lugar de sentirme supercontenta con los cambios, ahora siento que ya no me gustan tanto.
6 comentarios:
Bueno, no te preocupes demasiado. Eso de no estar contento con los cambios recientes es una cosa que esta perfectamente catalogada en sicología como "normal".
No conozco a nadie que, por poner sólo un ejemplo, el primer día en su nuevo trabajo no haya pensado "y que coño hago yo aquí con lo bien que estaba en el anterior" incluso cuando se fue del anterior harto.
Ya verás como, con el trascurrir del tiempo los cambios se asumen mejor. Y además, es que acaso lo importante es que te guste a ti?.. no, no, no.
Mi experiencia ha sido relatada por el comentarista anterior, así que no tengo mucho más que añadir.
Bueno sí, un besito.
Pues yo estoy al otro lado de la queja, en la situación de harta. Por lo menos hoy.
Bueno, cuesta acostumbrarse a los cambios, aunque sean buscados. Es como cuando estrenas zapatos: te encantan pero no estás del todo cómoda con ellos; antes tienes que usarlos varias veces.
Y así es con todo.
Besos
Si te gusta que te dejen un buen argumento dile bien claro tu punto de vista y con razon en mano tenia muchos dias que no te veia por tu blog saludos.
Contradictoria.
Quizá si no lo fueras, quizá no valdrían la pena alguno de tus textos.
Gracias.
Un atento y cordial saludo,
Art alegoría
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