lunes, 5 de mayo de 2008

Teorías ( o Sin Sentidos)

Cualquiera que me conozca de la universidad sabrá que yo intenté eliminar de mi vida, casi todos los recuerdos de "la casa de estudios", que no de mi vida universitaria.

Me explico (intentando no enredarlo más), a mi me encantó mi época de universitaria, porque además de que tuve muy buenos amigos, ¿qué no puede gustar con veintipocos?. Lo que no me gustó fue la universidad fisicamente. A mi no me gustaba ir, no me gustaban las paredes, las sillas, la cafetería, ni el comedor. A la bilioteca la odiaba. No me gustaba (ni me gusta) la ciudad donde se encuentra. En resumidas cuentas, apartando a dos profesores(a quienes conocí fuera de las aulas) y mi(s)carrera(s),no me gustaba nada de ese lugar.

Esa debe ser la razón, por la cual mientras muchos dedican su Tesis y/o su grado a "La ilustre universidad de Tal y Cual", a mi me inspiraron Mis padres, porque además de apoyarme, quererme, incentivarme, "también me pagaron todo sin quejarse"(E), y de manera "incorrecta e inpropiada" (según algunos estirados del lugar) a mis amigos.

También debe ser por eso, que algo que siempre recuerdo eran los viajes a mi casa, los fines de semana. Estos los hacía con todo lo que podía empacar, y por supuesto que ese "todo" incluía a los libros, los cuales como solía decir: "los llevaba a pasear, a conocer a los papis...", porque ni siquiera salían a coger aire fuera de la maleta...pero claro, mi teoría era y ha sido: Es mejor Tenerlos y no necesitarlos, que necesitarlos y no tenerlos"(1).


Siempre sucedía lo mismo, los libros que pesaban más que la ropa (todavía hoy no entiendo por qué llevaba tanta), se iban conmigo con la esperanza de terminar esta o aquella lectura, o de practicar tal o cual rutina, en la pc nunca encendía. Esto, aunque en menor grado, tenía que ver con el hecho de que laboralmente (no se confundan) mis mejores ideas las suelo parir en las noches, aunque en otros aspectos la creatividad se alborota sin horario, con cierta debilidad por las primeras horas de la mañana.



Este carateristica, ha venido arrastrando la manía de siempre querer llevarme a casa el trabajo que requiere de mayor esfuerzo mental, y aunque aún lo hago(intento dejarlo)sólo cargo con material para releer, y luego intentar concebir la idea de manera expontánea, mientra veo la tele, y dispararme a apuntar cualquier "jeroglífico anti espias", en el cuaderno de cuadritos. No siempre sucede, lo cual se agradece, porque de lo contrario me engancho, y se lo mal que resultan esas cosas.

Por una propuesta(que ya está casi lista) y presentación(que nadie las hace como yo) "sumamente importante, y para mañana", me he traído otra vez toda la informacion a casa, y aunque dió buenos resultados, no lo hice por necesidad, incluso creo que por placer. Me convencí de ello mientras examinaba la obra.

Ahora pienso que debería cambiar la teoria(1) que he venido usando, por una inspirada en una conversación reciente:

No lo hago por necesidad, pero el placer siempre es bienvenido.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Últimamente para mi sólo el tiempo es bienvenido.

Anónimo dijo...

Yo he dicho alguna vez a mis intimos que detras de ese ramalazo de genialidad en el trabajo había horas y horas de placer en mi casa.

Creo que ni mis íntimos me entendieron. Este post me lo ha recordado.

Miroslav Panciutti dijo...

Yo también tengo la manía de llevarme trabajo a casa con la intención de sacar algunos ratos (del fin de semana, por ejemplo) para rematar cosas. Sin embargo, desde hace ya bastante, nunca lo hago; así que esa manía sólo se traduce en que la cartera pese más de lo debido. Un beso.

Elvira dijo...

Amy,

Yo he pasado de tenerlo casi todo, incluso aburrirme la mitad de la jornada laboral, hasta no disponer de casi nada.

TitoBeno,

Si, a mi me gustan esas horas de placer que hay detrás de un "orgasmo" laboral, aunque no tanto, como la cara de satisfacción del cliente.

Y lo de entederme (o explicarme),mis amigos no comparten esos elvirismos, sobetodo porque "esa taguara no es tuya".

Miroslav,

Yo iba, y espero retomar, ese camino de no sacar horas de mis fines de semana para rematar, ni crear, nada por lo que me paguen de lunes a viernes.

Un Beso